29 mayo 2008

Las Mujeres que Aman Demasiado




Ejemplo de mujer que ama demasiado:

" - He venido a una consulta de terapeuta, porque soy realmente desdichada. Es por los hombres, claro. Quiero decir, yo y los hombres. Siempre hago algo que los aleja. Todo empieza bien, pero cuando llegan a conocerme, todo se arruina.
- Quiero saber que hago mal, qué tengo que cambiar en mí… porque lo haré. No es que no esté dispuesta. Es sólo que no sé porqué siempre me pasa esto. Tengo miedo de involucrarme en otra relación. Cada vez que lo hago no hay más que dolor. Comienzo a tener miedo de los hombres. No quiero que suceda esto porque estoy muy sola. Las exigencias y responsabilidades del trabajo me tienen ocupada todo el tiempo. Pero hecho de menos tener un hombre en mi vida.
Entonces conocí a Randy, hace dos meses. Parecía realmente atraído por mí. Una semana después de conocernos, Randy hizo un viaje por trabajo y lo extendió 160km para visitarme. Esa noche se inició el romance. Fue fantástico, me dejó cocinar para él, le planché la camisa antes de que se vistiera… me encanta atender a los hombres. Cuando se fue, calculé el tiempo que tardaría en llegar a su apartamento y lo llamé justo cuando entraba. Estaba preocupada por su largo viaje y me aliviaba saber que había llegado bien. El se quedó perplejo por la llamada, me disculpé y colgué. Pero un intenso malestar creció en mi, una vez más mis sentimientos eran mucho más profundos que los del él.
Randy me dijo que no lo presionara o desaparecería. Me asusté mucho. Todo dependía de mí. Se suponía que debía amarlo y al mismo tiempo dejarlo en paz. Yo no podía hacerlo: por eso me asustaba cada vez más. Cuanto más miedo sentía, más lo perseguía. Comencé a llamarlo todas las noches. Habíamos acordado turnarnos para llamar, pero a menudo, cuando era el turno de Randy, se hacía tarde y me inquietaba demasiado para soportar la espera. De cualquier manera no podría dormir, así que lo llamaba. Me decía que había olvidado llamarme, y yo le decía: ¿Cómo puedes olvidarlo? Yo nunca lo olvidaba. Entonces empezábamos a hablar de la razón por la que él lo olvidaba, y parecía tener miedo de acercarse a mí y yo quería ayudarlo a superar eso. Decía que no sabía que quería en la vida y yo le ayudaba a aclarar cuáles eran las cosas importantes para él. (El hecho de que Randy no la quisiera era algo que ella no podía aceptar. Ella ya había decidido que él la necesitaba).
Fui dos fines de semana a verlo y él pasó el domingo ignorándome, mirando la televisión y bebiendo cerveza. Tal vez bebía demasiado, pero debía ser porque yo lo aburría. Creo que yo no le interesaba lo suficiente y no deseaba estar conmigo. Mi ex pareja nunca quería estar conmigo, mi padre tampoco… ¿Que tengo? ¿Por qué todos sienten lo mismo por mí? ¿Qué es lo que hago mal? “

Estas actitudes, sentimientos, conducta y las experiencias de ésta mujer eran típicas de una mujer para quien estar enamorada significaba sufrir. Características comunes en las mujeres que aman demasiado. Amar demasiado no significa amar a demasiados hombres, ni enamorarse con demasiada frecuencia, ni sentir un amor genuino demasiado profundo por otro ser. Significa obsesionarse por un hombre y llamar a esa obsesión amor permitiendo que esta controle nuestras emociones y gran parte de nuestra conducta, y aunque ejerza una influencia negativa sobre nuestra salud y nuestro bienestar, nos sentimos incapaces de librarnos de ella. Significa medir nuestro amor por la profundidad de nuestro tormento.

Libro: Las Mujeres que aman demasiado
Autora: Robin Norwood

1 comentario:

Ego dijo...

Leí un ensayo parecido, con el mismo mensaje subliminal, pero era de Carmen Posadas y nos enseñaba a reírnos de nosotras mismas. Amar mucho no sé si es contraproducente, pero es tan humano y tan imbécil como a veces como a veces el alma de los mortales. Qué te voy a contar.
Un (b)eso!