29 mayo 2008

Yo Amo demasiado




- Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado.
- Cuando la mayoría de nuestras conversaciones con amigas son acerca de él, y cuando casi todas nuestras frases comienzan con "él...", estamos amando demasiado.
- Cuando lo disculpamos por su mal humor, su mal carácter, y tratamos de convertirnos en su psicoterapeuta, estamos amando demasiado.
- Cuando leemos un libro de autoayuda y subrayamos todos los pasajes que lo ayudarían a él, estamos amando demasiado.
- Cuando no nos gustan muchas de sus conductas, valores o características básicas, pero las soportamos con la idea de que, si tan sólo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, él querría cambiar por nosotras, estamos amando demasiado.
- Cuando nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional e incluso, nuestra salud e integridad física, sin duda estamos amando demasiado.

A pesar de todo el dolor y la insatisfacción que acarrea, amar demasiado es una experiencia tan común para muchas mujeres que casi creemos que es así como deben ser las relaciones de pareja. Algunas nos hemos obsesionado tanto con nuestras relaciones que apenas podemos funcionar como personas.
Si alguna vez has estado obsesionada por un hombre, la raíz de esa obsesión no era amor sino el miedo. Miedo a estar solas, miedo a no ser dignas o a no inspirar cariño, miedo a ser ignoradas, abandonadas o destruidas. Damos amor para que el hombre de quien estamos obsesionada se ocupe de nuestros miedos. En cambio, los miedos - y nuestra obsesión- se profundizan hasta que el hecho de dar amor para recibirlo se convierte en la fuerza que impulsa nuestra vida. Y como nuestra estrategia no da resultado, amamos más aún. Amamos demasiado.

Las Mujeres que Aman Demasiado




Ejemplo de mujer que ama demasiado:

" - He venido a una consulta de terapeuta, porque soy realmente desdichada. Es por los hombres, claro. Quiero decir, yo y los hombres. Siempre hago algo que los aleja. Todo empieza bien, pero cuando llegan a conocerme, todo se arruina.
- Quiero saber que hago mal, qué tengo que cambiar en mí… porque lo haré. No es que no esté dispuesta. Es sólo que no sé porqué siempre me pasa esto. Tengo miedo de involucrarme en otra relación. Cada vez que lo hago no hay más que dolor. Comienzo a tener miedo de los hombres. No quiero que suceda esto porque estoy muy sola. Las exigencias y responsabilidades del trabajo me tienen ocupada todo el tiempo. Pero hecho de menos tener un hombre en mi vida.
Entonces conocí a Randy, hace dos meses. Parecía realmente atraído por mí. Una semana después de conocernos, Randy hizo un viaje por trabajo y lo extendió 160km para visitarme. Esa noche se inició el romance. Fue fantástico, me dejó cocinar para él, le planché la camisa antes de que se vistiera… me encanta atender a los hombres. Cuando se fue, calculé el tiempo que tardaría en llegar a su apartamento y lo llamé justo cuando entraba. Estaba preocupada por su largo viaje y me aliviaba saber que había llegado bien. El se quedó perplejo por la llamada, me disculpé y colgué. Pero un intenso malestar creció en mi, una vez más mis sentimientos eran mucho más profundos que los del él.
Randy me dijo que no lo presionara o desaparecería. Me asusté mucho. Todo dependía de mí. Se suponía que debía amarlo y al mismo tiempo dejarlo en paz. Yo no podía hacerlo: por eso me asustaba cada vez más. Cuanto más miedo sentía, más lo perseguía. Comencé a llamarlo todas las noches. Habíamos acordado turnarnos para llamar, pero a menudo, cuando era el turno de Randy, se hacía tarde y me inquietaba demasiado para soportar la espera. De cualquier manera no podría dormir, así que lo llamaba. Me decía que había olvidado llamarme, y yo le decía: ¿Cómo puedes olvidarlo? Yo nunca lo olvidaba. Entonces empezábamos a hablar de la razón por la que él lo olvidaba, y parecía tener miedo de acercarse a mí y yo quería ayudarlo a superar eso. Decía que no sabía que quería en la vida y yo le ayudaba a aclarar cuáles eran las cosas importantes para él. (El hecho de que Randy no la quisiera era algo que ella no podía aceptar. Ella ya había decidido que él la necesitaba).
Fui dos fines de semana a verlo y él pasó el domingo ignorándome, mirando la televisión y bebiendo cerveza. Tal vez bebía demasiado, pero debía ser porque yo lo aburría. Creo que yo no le interesaba lo suficiente y no deseaba estar conmigo. Mi ex pareja nunca quería estar conmigo, mi padre tampoco… ¿Que tengo? ¿Por qué todos sienten lo mismo por mí? ¿Qué es lo que hago mal? “

Estas actitudes, sentimientos, conducta y las experiencias de ésta mujer eran típicas de una mujer para quien estar enamorada significaba sufrir. Características comunes en las mujeres que aman demasiado. Amar demasiado no significa amar a demasiados hombres, ni enamorarse con demasiada frecuencia, ni sentir un amor genuino demasiado profundo por otro ser. Significa obsesionarse por un hombre y llamar a esa obsesión amor permitiendo que esta controle nuestras emociones y gran parte de nuestra conducta, y aunque ejerza una influencia negativa sobre nuestra salud y nuestro bienestar, nos sentimos incapaces de librarnos de ella. Significa medir nuestro amor por la profundidad de nuestro tormento.

Libro: Las Mujeres que aman demasiado
Autora: Robin Norwood

20 mayo 2008

Prototipos de Belleza


Si los maniquíes de las tiendas fueran mujeres reales, serían demasiado delgadas para menstruar· Hay 3 mil millones de mujeres que NO tienen cuerpo de supermodelos, y solamente 8 que sí lo tienen. Marilyn Monroe usaba talla 44 español (algo así como 11 Mex), y los traía locos a todos!!!!! ¿¿¿¿quien se fijo en la talla???? Es la mujer mas sensual de todos los tiempos. Si Barbie fuera una mujer real, sus proporciones la obligarían a caminar a gatas, sus piernas no podrían sujetarla de pié. La mujer promedio pesa unos 65 kg. y usa tallas entre una 42(9) y una 44(11). Una de cada cuatro mujeres en edad universitaria sufre desórdenes de alimentación. ¡Las modelos de las revistas están retocadas, NO son perfectas! Un estudio psicológico mostró, en 1995, que el contemplar una revista de modas durante tres minutos causaba depresión, vergüenza y culpa al 70% de las mujeres. Las modelos de hace 20 años pesaban 8% menos que la mujer común. Las de hoy en día pesan 23% menos. La belleza de una mujer no está en su ropa, su figura, ni en su peinado. La belleza de una mujer debe brotar de sus ojos, porque ellos son las ventanas hacia su alma, el lugar donde reside el amor. La belleza de una mujer no está en sus facciones, sino que es el reflejo de la belleza verdadera de su alma. Es el cuidado amoroso que da, la pasión que ella muestra. La belleza de una mujer solamente se desarrolla con el paso de los años. SONREÍD Y SED FELICES. UNA MUJER PUEDE SER MUY SENSUAL Y BELLA SI SE LO PROPONE, SI LO VIVE, SI LO SIENTE... NO IMPORTA SI SEA FLACA O GORDA O MORENA O RUBIA... ES CUESTIÓN DE VIVIRLO... DE DISFRUTARSE A SI MISMA.


(No soy la autora del escrito, pero me resultó muy interesante)

10 mayo 2008

Poema en Servilleta


A veces, en una simple servilleta,
podemos escribir tantos sentimientos,
que aún tirando el papel,
no conseguimos deshacernos de las palabras escritas.