29 abril 2008

Divorcio Catalán


Un padre llama desde Barcelona a su hijo Pep que emigró a Nueva York y le dice:


- Lamento arruinarte el día, pero tengo que informarte que tu madre y yo nos estamos divorciando, 45 años de sufrimiento es suficiente.

- Papi, ¿De qué estás hablando? !Y justo antes de las Fiestas!, grita el hijo.

- No podemos soportar seguir viéndonos. Le contesta el padre. Estamos hartos el uno del otro, y estoy cansado del tema, así que es mejor que tú llames a tu hermana Montse en Chicago para contárselo; y cuelga el teléfono.

Desesperado, el hijo llama a su hermana quien explota en el teléfono:

-¿Cómo que se están divorciando? ¡Yo me voy a hacer cargo del asunto!

Inmediatamente la hija llama al padre y le dice:

-¡Vosotros no os divorciais!. No hagáis nada hasta que yo llegue. Ahora mismo vuelvo a llamar a mi hermano y vamos los dos para Barcelona. Hasta entonces no hagáis nada ¿Entendido?

EL padre deja el teléfono, mira a su esposa y le dice:

-Muy bien Carme, todo ha salido perfecto... Los dos vienen para las fiestas y...


!!! Se pagan ellos los pasajes....!!!!

23 abril 2008

Nacimiento de la Rosa y de Venus

Según la mitología clásica, la ROSA
- flor sagrada de Venus - fue creada
al tiempo que la diosa del amor.
Con su belleza y fragancia exquisitas, es el símbolo del amor, y sus espinas recuerdan el dolor que éste puede acarrear.

Ahora soy Diferente

Por lo vivido, amado y sufrido,
Ahora soy Diferente


18 abril 2008

La Princesa pájaro

Cierto día, hace unos años, recibí esta carta de una persona que sin apenas conocerme, y con lo poco que le habían contado de mí, escribió ésta preciosa leyenda:

Cuenta la leyenda que la princesa se llamaba Venus. Venus como el planeta más femenino jamás conocido. Venus como aquella escultura que mirando el horizonte ve el mar plácido rozando el cielo con ojos llorosos por la belleza que percibe en el paisaje y que ella misma proyecta desde su corazón. Venus como aquella diosa que evocaba en mentes griegas la feminidad que toda forma de vida llena intrínseca, en cada sonrisa y en cada abrazo. En cada palabra y en cada silencio. La princesa había nacido en un pueblo tranquilo, siempre a la sombre de un padre rey. Un padre que la guardaba intacta en un palacio de cristal, sofisticado pero vacío. Allí creció, rodeada de aquello que todo el pueblo envidiaba, lujos, criados, tiempo, amantes mediocres, jardines, perfumes, sedas, velas, caballos... Sin embargo a ella, solitaria y frágil, le provocaba indiferencia. ¿De qué servían tantas cosas materiales y preciosas si eran inertes?¿de qué servía tanta protección si ella quería volar?¿para qué tantos miedos y peligros presagiados fuera de sus ventanas en ese mundo bajo su balcón, tan lejano?


El balcón era su vínculo con el mundo exterior. Allí se imaginaba la escena. Esa escena soñada con tanto fervor durante años, en silencio. Él, al galope, aparecía por el camino detrás de la colina, y sin vacilar se avalanchaba sobre esos gordos y grasientos guardias que tenia su castillo. El de su padre. Los mataba solo con la mirada. Una mirada ardiente de amor. Y seguidamente subía, abría la puerta a patadas, la tomaba en sus brazos robustos y protectores, y se la llevaba al paraíso del amor eterno. Al paraíso de las noches en vela y las caricias innumerables. Solo era un sueño, pero lo vivía con tanta intensidad que a menudo acaba llorando, para después acabar sollozando con gemidos de odio. Odia a su padre por protegerla y no permitirle vivir, por egoísta, por cobarde, por solitario y por rey.

Un día apareció un jinete armado y vestido de negro que sin pestañear rompió la barrera del castillo y entró. Ella temblorosa intuyó que su sueño se iba a cumplir. Entró él armado con una espada, y a pesar de que su rostro no hizo que la princesa se arqueara de placer sólo visualizarlo, creyó que se debería a la emoción del momento, y no dudó en tirarse a su brazos y besarle, y gritarle que había estado esperándole años. El caballero se la llevó a la espalda con más violencia e indiferencia de lo que ella recordaba en su sueño. Y desaparecieron en el horizonte. En el pueblo se habló que un caballero valiente y enamorado de Venus había matado a centenares de soldados por amor, y se creó la leyenda de que por amor un guerrero era invencible.

Esa leyenda cruzó la Galia, y llegó a oídos de la princesa, que esta vez estaba en otro castillo, más oscuro, más sombrío, aunque aún ella no lo viera, ,más protector, más sola, y se creyó la historia del valiente caballero y su amor que le hacía indestructible. Así, cuando miraba al caballero malhechor que la había secuestrado, que hacía de ella lo que el quería, sin contemplaciones ni respeto, ella sólo veía detalles cariñosos, rasgos finos de un monstruo, que sólo por amor al amor ella inventaba en el rostro de ese caballero, de ese sueño mal cumplido, mal tejido. Veía lo que quería ver, se engañaba por lo que le parecía intuir de bondad en actos egoístas del negro caballero.

Pero Venus era más lista que mil serpientes hambrientas. Y aunque su deseo de su sueño, y su amor al amor le cegaron durante un tiempo no tardó en salir al balcón y ver la realidad. Y volver a soñar de nuevo. Soñar sin parar. Soñar que aquel sueño dulce convertido de repente en pesadilla temible y gris terminaba, que la oscuridad que la realidad y la lucidez le habían dado al abrirle los ojos se transformara súbitamente en libertad, en pájaro. Tanto soñó que quería ser pájaro para huir de ese caballero negro, que un día transformó la ficción en realidad de tanto desearlo. Se convirtió en pájaro. I voló.

Volar le hizo feliz, conocerse a sí misma y no esperar que nadie le soluciona su soledad, su sueño. No esperar nada de nadie, sólo volar. Volar por si misma en las direcciones que el viento decidiera. Era la única manera de algún día encontrar a su caballero, ser ella misma y no conformarse con un sucedáneo de sueño infiel y en el que sólo priman las formas. Vacío de contenido. Vio Venus que ella merecía algo como ella, algo digno de una persona sensible y entregada. Desde es día se cuenta en la leyenda que la princesa Venus quedó pájaro, porque así lo deseo. Su cuerpo humano desapareció y su alma voló con un aleteo feliz, sólido. Venus fue paciente, sabía que algún día volaría junto a algún otro pajarillo pero no por ello se dejó deslumbrar. Venus voló y sólo volando vivió.

13 abril 2008

09 abril 2008

Alma Gemela


He extraído éste texto del último libro que estoy leyendo, por el impacto que ha causado en mi:

" Paseaba por un cementerio y tropecé con una tumba polvorienta de la que nadie se había ocupado durante muchos años. Empecé a limpiarla y, al hacerlo, descubrí la fotografía de la joven enterrada. En la inscripción pude leer que había fallecido en 1927, a los 23 años, la edad que yo tenía en aquellos momentos.
Siempre he creído en la otra vida pero, mientras limpiaba aquella tumba, tuve la extraña e imperiosa sensación de que Elena, la joven sepultada, me llamaba para que cuidase de ella. Y así lo hice. Poco a poco, además del sentimiento de compasión que me movía a cuidar de su tumba, con el paso de los años surgió un sentimiento muy distinto: un amor verdadero.
Visité los registros del ayuntamiento y leí lo que en ella había sobre la familia de Elena, al principio para hacerles saber el mal estado en que se encontraba la tumba. Descubrí que había nacido en el centro de Verona. Su padre era comerciante. Tenía dos hermanos y una hermana. Todos estaban muertos.
No les he contado nada a mis amigos porque no lo entenderían. Mi familia si que lo sabe.
Siento una profunda sensación de alegría y paz. Aunque no puede hablar, se comunica conmigo. Siento su presencia; de otro modo, esto no se habría prolongado durante estos 11 años. Creo que todos tenemos un alma gemela, sólo una, sea en esta vida o en la otra. Más tarde o más temprano la conoceremos: eso es lo que siento por Elena.
En mi dedo llevo un anillo grabado por dentro con su nombre. En Italia, después de haber transcurrido un cierto tiempo, es legal exhumar las tumbas de los familiares y reenterrar los restos en un cofre más pequeño. El año pasado eshumé y reenterré a Elena. En su nuevo cofre, junto con sus restos, deposité el anillo de bodas, con mi nombre grabado en el interior. Por entonces nuestra relación duraba ya 10 años. Estaba seguro de lo que sentía y quería entregarle un símbolo de mi amor. A la boda vino mi madre. Lo sabe todo sobre Elena y le gusta mucho. Al principio se había sentido incómoda ante la situación, pero cuando vió lo feliz que me hacía, la aceptó y empezó a preocuparse por ella también.
Sus dulces ojos miran más allá del tiempo y de la vida; me enamoré de esa mirada.
Ahora soy feliz, me siento pleno. Y aunque la gente no lo entienda o incluso si encuentro a otra persona, tendría que aceptar el inmenso amor que siento por Elena o no funcionaría. Parte de mi corazón siempre estará consagrado a Elena. Siempre será una parte importantísima de mi vida. Elena me hace sentir feliz."

08 abril 2008

Durmiendo Sola


Personas que estando solas, desearían dormir acompañadas
y personas que estando acompañadas,
se imaginan durmiendo solas

07 abril 2008

Se repite la misma historia









Siempre me voy a enamorar

de quien de mi no se anamora

02 abril 2008

Esperando tu llamada

Sigo esperando tu llamada.
Mil razones dan vueltas en mi cabeza.
Quizás te has olvidado de mi.
Y yo en cambio, no dejo de pensar en ti.
No podría olvidar llamarte.
Que diferentes somos,
que diferentes son nuestros sentimientos.


01 abril 2008

Miedo a una Manzana


Desde la copa del árbol te vi. Estaba demasiado lejos para que me vieras. Pero, yo te vi. Y no paré de mirarte. Bajé lentamente, rozándome con cada rama, sigilosa, seductora. Ya estoy mas cerca de ti y mi piel desprende un brillo especial, me vuelvo mas dulce, más jugosa, más apetecible. Espero paciente a que me veas. Por fin, me has visto. Ahora estoy muy cerca de ti. Quiero que me cojas en tus manos y que acaricies dulcemente mi piel. Acércame a tu boca, quiero sentir tus labios. Muérdeme con ternura. Me derretiré con tu saliva y entraré dentro de ti. Quiero formar parte de tu cuerpo. Seré toda tuya y tu todo mío, los dos formando uno.
Pero sigues inmóvil, por que no me coges? Estoy aquí, te he deseado tanto que he bajado por ti.
No te mueves, el miedo te paraliza. Estoy a tu lado y en cambio tu ves una gran distancia entre nosotros. Sigues viéndome como la manzana en la copa del árbol.